lunes, 16 de marzo de 2015

El futuro.

Desde dentro de la bola de cristal, el anciano observa su rostro joven y, feliz, sonríe a su amiga pitonisa en señal de agradecimiento.

lunes, 9 de marzo de 2015

El parque que fue.


Con mucha ilusión llevé a mi pequeña a conocer el enorme y maravilloso parque en el que jugaba de niño. A ella le pareció inmenso, disfrutó y corrió descubriendo cada rincón como si fuese un universo mágico. Yo, sonriente, me quedé mirándola sentado en un banco, sin dejar que se notase la ridícula decepción que sentía por haberlo encontrado tan reducido y pobre y por ser un gigante al que ya no le está permitido volver a entrar en el mundo de Liliput.

viernes, 6 de marzo de 2015

Tentar a la suerte.


Tenía un amigo que estaba obsesionado con los trabalenguas. A mi me hartaban pero no me atrevía a decírselo porque era muy sentido. Un día que me aburría decidí ser cruel sin que se diese cuenta:

- Anoche soñé que se te quedaba la lengua enredada de tanto decir trabalenguas.

- ¿Qué? -enseguida lo somatizaba todo- ¿Pero luego se me pasaba, no?

- No, era irreversible, un nudo marinero imposible de deshacer.

Nunca más me dio la paliza con el tema pero empezó a hablar sin parar con la lengua torcida, por si acaso.

lunes, 2 de marzo de 2015

Yo pecador.


Cuando el cura le puso delante su primera hostia consagrada rogó al Todopoderoso que le ayudase a recordar la palabra que fatídicamente había olvidado y acto seguido escuchó susurrar a una señora; "vengo en un santiamén". Convencido del milagro y con gran alivio dijo "amén" pero ya nunca más se le quitó la culpa por haberse comido después y a traición el cuerpo de su hijo Jesucristo, que el sacerdote, con espeluznante sonrisa diabólica, le posó sobre la lengua.

lunes, 23 de febrero de 2015

Duele.


Después de la muerte de mi madre no pude llorar y a la semana fui a depilarme a un sitio desconocido; con el primer tirón de cera se me saltaron las lágrimas y ya no pude parar hasta que la pobre chica me terminó las dos piernas. Dio tranquila el último tirón y siguió dejándome llorar mientras me rociaba despacio con polvos talco.

- Lo siento -dijo seria y dulce-, lo siento mucho.

Antes de irme le pregunté su nombre, que es como ahora se llama mi hija. Cuando le pongo talco en su cuerpecito me acuerdo de ese día y le prometo al oído no regañarla nunca por llorar cuando algo le duela.

viernes, 20 de febrero de 2015

De tal palo tal pastilla.


Mi padre era un ladrón de guante de látex y media rota que atracaba farmacias para conseguir las pastillas que le recetaban a su madre. Para lo único que mi abuela no necesitaba pastillas era para dormir. Gracias a su narcolepsia yo podía hurgar en los montones de cajas hasta encontrar los somníferos para el insomnio crónico que desarrollé a causa de los palos de mi padre, que antes de ser ladrón era farmacéutico.

lunes, 16 de febrero de 2015

Mamón.


Mi ex marido se dormía abrazado a mis pechos como si fuesen a robárselos. Se agarraba a ellos con una pasión desesperada que yo observaba con curiosa distancia. Cuando le daba el pecho a nuestro único hijo, él se quedaba mirando con estupor catatónico y en la cama solía chuparme como deseando succionar la leche. Las veces que lo largaba a dormir al sofá se chivaba a su madre con voz de niño mimado y el día que le pedí el divorcio se avalanzó sobre las tetas llorando y suplicando, preguntándose con profunda y sincera emoción por qué a él, por qué le había tenido que tocar una mujer tan fría y poco maternal. Me fui con la esperanza de llegar a entenderlo algún día pero será la falta de sensibilidad porque sigo igual.